Vivir en/el Medialab Prado
Y aquí estoy. Y desde aquí escribo. Es como un sueño y siempre lo será. Aunque se cumpla, siempre lo será. Es mi sueño. El espacio es un centro de experimentación, un laboratorio ciudadano como comenta su director en el podcast del Espacio. Aquí podemos encontrar de todo pero lo que sobra son ganas. Y creatividad, mucha creatividad. Y así da gusto.
La primera vez que vine fue en el marco del Social Good Summit del 2013. Por aquella época, al igual que ahora, me dedicaba a realizar junto con otras personas proyectos de/con tecnologías cívicas. El de esa época era el Proyecto Colibrí, que intentaba proporcionar vía REST API los resultados de las votaciones del Congreso de los Diputados de España. Cuando entré en ese edificio casi me peta el cerebro. Era algo indescriptible. En esa fase solo tenía una percepción material del mismo pero todo aquello, su arquitectura, sus objetos, sus herramientas me parecían del futuro. Mil veces las había soñado pero nunca en torno a un mismo espacio. Años después me di cuenta que solo era un análisis material. Lo personal vendría luego.
Han pasado cuatro años de esa primera vez y mis visitas han sido intermitentes pero certeras cada vez que viajaba a la capital. He participado en mesas redondas, foros de debate, he dado ponencias, he impartido talleres, he compartido mesas de trabajo y hasta he comido al más puro estilo vegano. Creo que solo me falta mandar una obra a su fachada.
¿Qué? ¿Que no os he hablado de su fachada? Pufff. Impresionante. Hace que el edificio mire afuera además de adentro. A su Plaza de las Letras. Es una fachada programable, con una serie de bombillas LED que permiten visualizar tanto imágenes como vídeos. Existe un mecanismo para enviar tus contenidos y se ponen en parrilla, con un horario y en un día concreto. Puedes, como ellos dicen, invitar a tus amistades a la plaza para contemplarlo contigo. Si pasáis por la tarde noche cerca de dicha plaza os recomiendo que no os lo perdáis. Es realmente impresionante.
Vuelvo a mi habitación, desde donde escribo. Hay 3 en las residencias del espacio. Están pensadas para estancias de investigación/colaboración y he de reconocer que están genial. Cerca de todo. Desde dentro. Se escuchan hasta los antiguos rumores de la vieja Serrería Belga. En los últimos cuatro años siemore he venido de día y me he marchado junto con el sol. Pero esto es otra cosa.
Estos últimos quince días el Medialab Prado ha sido mi casa. ¿La coartada? Visualizar’17 en su décimo aniversario (que se dice pronto). El objetivo principal de la actividad es realizar visualizaciones de datos que ayuden a comprender problemas complejos mediante narrativas atrayentes. Me encanta! Ocho proyectos han sido los seleccionados y en estos quince días se trabaja en una bella y amplia sala para desarrollarlos y presentarlos el 30 de septiembre como actividad final del evento. Ahora mismo estamos puliendo cosas pero todo va por buen camino. Entre todos lo conseguiremos.
En breve me iré de aquí. Volveré a mi tierra. Con mi gente. Pero nunca jamás me olvidaré de esta experiencia. Las cosas deben ser vividas desde dentro si no no son vividas. Y eso es lo que muchas veces no he hecho y espero que no me vuelva a pasar. He conocido a gente excepcional en lo profesional y en lo humano. Momentos de sinceridad extrema. Abrazos, chocadas de mano y besos sin guion que justificar. Y muchos de ellos perdurarán para siempre. Como mi estancia en este espacio. Como mi paso por Medialab Prado.
Actualización: Os dejo aquí un vídeo resumen de #Visualizar17
