Auditores inesperados: una campaña inapropiada de Samsung Smart School

Pablo Martín
Diario de un Hacker Cívico
4 min readFeb 13, 2019

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Imagen extraída del vídeo de Samsung en Youtube

Cuando menos nos lo esperamos nos encontramos con la famosa y fatídica publicación del informe PISA, algo que pretende ser un ránking mundial de educación por países. Ellos nos dicen que la evaluación para el análisis no es al alumno en sí sino al sistema. Pero este sistema no es nada más que los actores y actrices que lo conforman y, sobre todo, sus circunstancias.

http://infographic.statista.com/normal/chartoftheday_7104_pisa_top_rated_countries_regions_2016_n.jpg

Este informe se podría quedar en un mero estudio, de los miles que se realizan, pero el problema que está teniendo es que se está convirtiendo casi en un estándar cuando no lo es. Los medios de comunicación lo compran y lo abrazan como verdad absoluta, las tertulias televisivas lo hacen suyo y de ahí trasciende a la esfera pública. De repente nos encontramos en cafeterías o bares hablando de que si este año Singapur o Finlandia, que si nos falta mejorar en matemáticas o comprensión lectora, o qué pasada Estonia, como país modelo, gracias a que desapareció la URSS.

https://www.elperiodico.com/es/ext_resources/infographics/2018/enero/desigualdad-ingresos.jpg

En España se hace lo que se puede. Que se podría hacer mejor, indiscutiblemente; pero se hace lo que se puede. Y sobre todo en Andalucía y Extremadura, y otros territorios desfavorecidos históricamente.

No me dedico a la educación reglada pero afortunadamente lo he vivido de lleno en mi familia como para poder permitirme opinar sobre el tema. No hay ciudad o pueblo sin conflicto, sin desigualdad extrema, sin grandes diferencias materiales y culturales. Nosotros aquí en Andalucía (y se puede extrapolar a España) optamos por un sistema educativo solidario y por supuesto en su mayoría público. Por desgracia esto último cada vez tiene más grietas pero aún sigue habiendo un gran consenso de Estado en que la educación debe ser pública y gratuita. Y con esa máxima debemos de implementar nuestro sistema, un sistema que, como no, es reflejo de sus circunstancias y que fue durante demasiado tiempo controlado por la Iglesia Católica y el Franquismo. Y no solo el sistema educativo sino también las vidas de las personas y por ello sus circunstancias.

El pasado domingo por la tarde deambulaba por Youtube y entre video y video me salta el siguiente anuncio:

Todo forma parte de lo habitual en una (mala) campaña de publicidad. ¿Qué queremos vender? Tracatrá ¿Podemos utilizar una situación real para introducirlo? Por supuesto ¿Tenemos en cuenta el contexto? Naaaaaah! Hay que sintetizar y generalizar. Y con esto tenemos el anuncio de Samsung Smart School titulado Auditores inesperados.

Desde el convencimiento más extremo que tengo de que hay que compartir y copiar para adaptar cosas que se hacen bien en otros lugares, creo que basarse en una sola realidad (un solo informe) para construir un relato es irresponsable y que, más grave aún, es hacer creer que el uso de dispositivos electrónicos en las aulas va a solucionar las carencias existentes que provocan las desigualdades. Genial gente de Samsung, lo habéis bordao. Os merecéis un Premio Nobel. Os invito a que elijais la categoría del mismo.

El problema de todo esto es que hay políticos profesionales en España que compran este discurso y hacen compras masivas de dispositivos para las aulas y de acceso a plataformas digitales educativas (y privativas) con la intención de aparecer en el siguiente ciclo un poco más arriba en el fatídico informe PISA. Al más puro estilo capitalista, voy al mercado y compro educación. Y a otra cosa, que hay mucho que hacer. Esperemos que el pacto educativo en nuestro país no lo lideren estos mamelucos y que sea abanderado por la gran cantidad de profesionales que de barrio en barrio y de ciudad en ciudad se enfrentan cada día a los contextos y las circunstancias de cada una de sus alumnas y alumnos con el objetivo de ofrecerles una educación pública, gratuíta, digna, libre y de calidad.

Nota mental: Pocas relaciones había tenido con la marca Samsung más allá de que en algún aeropuerto me preguntasen hace algunos años si llevaba un Galaxy Note 7 ya que tenían riesgo de explotar. Con su experiencia como artificieros, espero, ahora sí, que este anuncio les explote en la cara pero sobre todo en las ventas.

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